La Panificadora ubicada en El Berrón es otra de las muchas empresas asturianas que quiebran por el alza los precios de la energía y las materias primas
Tras de 70 años haciendo pan, la caida de ventas causada por el cierre de la hostelería, entre la que tenía una importante clientela, fue el primer paso hacia la ruina. Aún así, se mantenía con las ventas en supermercados y los contratos con colegios y geriátricos.
Pero no han sido capaces de aguantar este último tirón, la descomunal subida del precio de la luz y de las materias primas, que hace inviable la continuidad del negocio. El pasado 22 de diciembre la Panificadora apagaba los hornos y anunciaba que solicitará el concurso voluntario de acreedores.
En esta empresa trabajaban quince personas, que llevan ya cuatro meses trabajando sin cobrar. Además, de ella dependía un despacho de pan en el que trabajaba una persona a expensas propia y que también está abocado al cierre, con lo que son 16 los afectados directamente por el fin de su actividad. Para el concejo es un paso más en la ruptura de su tejido socioeconómico.
Nuria Prendes
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