637 asturianas han recibido un teléfono especial de protección telemática; 1.419 tienen atención continuada dentro el Sistema Integral de Seguimiento de situaciones de Violencia de Género, (VioGen); 385 viven con menores

El aislamiento forzado y la facilidad con la que se pueden esconder los daños durante el confinamiento hizo esperar desde un inicio el incremento de las agresiones a mujeres por parte de los hombres con los que se ven forzadas a convivir. También implican una mayor dificultad a la hora de llamar pidiendo auxilio. Por ello, la implicación de los vecinos es imprescindible para detectar casos de maltrato y dar aviso.

Eso es lo que han hecho diez vecinos concienciados que han llamado advirtiendo de la situación que vivían otras tantas mujeres. Las voces, los golpes o los moratones vistos a través de la ventana han sido las pistas que han llevado a estos héroes anónimos a seguir las recomendaciones de la campaña  ‘¿Es violento? Llama tú por ella’ y avisar con una llamada al teléfono 016. También se han recibido llamadas en el 112. Ello implica un incremento de el 67% con respecto a denuncias de personas ajenas a la familia en el mismo mes del 2019.

Al mismo tiempo, las llamadas por parte de las víctimas han caído en un 13% y las de familiares un 10%, por la dificultad de las primeras para llamar estando en la misma casa que el agresor y en el caso de las familias por no existir contacto directo con la víctima.

Durante el confinamiento un total de 637 mujeres cuentan con un teléfono especial que se activa con apretar un botón y con el que, en caso de agresión, alertan directamente a las fuerzas de seguridad. Un total de 1.419 tienen su caso activo dentro el VioGen, de quienes 85 están amenazadas por agresores con «alta letalidad». 385 de las mujeres consideradas en situación de riesgo conviven con menores a cargo.

El control que ejerce un agresor en su víctima -sea esta mujer, hombre o menor- y el pánico que le genera, dentro y fuera del confinamiento, hace muy difícil que esta sea quien denuncie. Por tanto, la colaboración de los testigos para parar situaciones de violencia en el hogar es imprescindible, tanto ahora como cuando se vuelva a salir a las calles.

Llucía F. Marqués

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