Mujeres y mina

  • 1 febrero, 2019

 

Estos días, a raiz de la repercusión mediática de la Brigada de Rescate Mineru, algunos ignorantes con tono machistoide preguntaban, «porque las mujeres no quisieron nunca trabajos como los de la mina». Este artículo es una buena respuesta

Tomado del facebook de Cuno García

 

Hoy quiero dejaros algo, es mi homenaje a quienes hicieron grande un Pais … Así no hay duda sobre la igualdad de las mujeres en la mina …

Mujeres como Olvido la minera, que estuvo picando ocho años en las minas de Fabero, entre 1962 y 1970 porque cuando su marido enfermó fue a pedirle al dueño de la mina que la dejara trabajar por él y el otro le contestó que «si me sacas lo mismo, a mí que me importa quién lo pique» (aunque, claro, con los papeles a nombre del marido, porque ella no podía figurar ni para cobrar ni para nada) y que «rompió aguas» a las doce de la mañana, picando, y a las tres de la tarde ya había parido su sexto hijo, que por poco lo pare entre el carbón… Mujeres como María la polaina, Faela la francesa, Angeles la pulguina, Nieves y Sagrario las de Cuarteles, Leontina la de Santa Rosa, Gelina la pesquera o Malia y Encarna, las de Rozaes de Bazuelo. Como Marcelina la lampistera, que también tuvo que pegarle una somanta al vigilante por abusar de Rosa la tontina, y eso que eran primos. Como Flora la de Tablao, muerta en un derrabe una noche que habían ido todas juntas a robar carbón al quince. Como Inés y Fela, las de Tres Amigos , o Daniela la matona y Amparo, su hermana. Como Angeles la nena, que hacía dos horas y media de camino desde Casorvía a los lavaderos y otro tanto de vuelta. Como Pilarona, que la despidieron de Nicolasa porque sí se quedó en huelga. Como Divina calicates, que abrió ella más metros de galería que túneles el tren. Como Maria la tarambana, que llegaba y se sentaba siempre a la puerta de casa a «echar el pitín» y primero estaba dos horas escogiendo las hebras de tabaco de entre los botones y los hilos que sacaba del bolso del mandil y echando cagamentos . Como Olvido la del cestu, que era ramplera, vagonera caballista, lavadera y pizarrera, todo a la vez, en la Carmona y en los lavaderos de Cuestavil y que murió reventada, silicosa. o como Pilar la de Romeria y Nati la de Navaliego, que en vez de vagoneras eran cesteras, porque sacaban de la galeria el carbón «a cestaos», o como Pacitona, que levantaba un yunque como si nada y que tenía una mula listísima y Ie decían siempre a su madre «¡vaya mula más lista que tien Pacitona, eh!» y contestaba ella « ¡sí, pa lista la mula, pero pa fuerza, la mi fía!» Como Ramona la anisina, a la que también des pidieron por beber. O Ramonina la de Ujo, que no pudo casarse con el novio, después de cuatro años, porque no podía dejar de trabajar hasta no sacar adelante a los hermanos, porque eran huérfanos y él ni quería que ella trabajara ni quería esperar más. de morirse, a las puertas del siglo XXI, a los ciento tres años de mina…

Artículo de Montserrat Garnacho Escayo, nacida en Mieres, licenciada en Filología Románica y actualmente profesora de Llingua asturiana en el IES Valle de Turón

Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

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