Asturies apoya la huelga de trabajadores de supermercados

  • 12 diciembre, 2018

Asociaciones de consumidores y de vecinos, pequeños comerciantes y hasta algún Ayuntamiento (el de Xixón, por ahora) apoyan oficialmente la huelga que cerrará estas navidades la mayoría de los centros comerciales
Con motivo de la ruptura de la negociación colectiva, los supermercados asturianos no tendrán quien atienda a sus clientes en las fechas más señaladas del año (excepción hecha de Mercadona que procede de firmar un convenio colectivo que asegura un salario mínimo de 1.300 €); tampoco importará mucho: los asturianos ya han decidido que esos días, salvo solución previa, no irán a comprar.
Una peculiaridad importante de esta huelga es que, si bien a posteriori los sindicatos han dado su apoyo, la misma ha sido planteada por los trabajadores, y no por ninguna organización sindical.
Por otro lado, la rempuesta del Pueblo Asturiano ante la convocatoria no ha podido ser más solidaria: los consumidores no comprarán en los supermercados en esos días si antes no se alcanza un convenio que satisfaga a las partes. A diferencia de otros conflictos laborales, en los que les afectados se centran en una determinada zona geográfica o en un ámbito específico, los minoristas de la alimentación se reparten en más de 300 establecimientos por todo el país. Son nuestras familiares (hablo en femenino por ser este un seutor de muy clara prevalencia de mujeres), nuestras amigas, vecinas, más de 12.000 trabajadoras a quienes vemos todos los días y de quienes sabemos que tienen un horario duro y un sueldo escaso.
Los días antes de Navidad y Año Nuevo (22, 23, 24, 29, 30 y 31), las de más consumo del año, no irán a trabajar. Las condiciones en este sector no han sido nunca de las mejores: horarios extensibles, salarios ridículos.. la última provocación ha llegado en la negociación del nuevo convenio colectivo con la patronal.
En un sector en el que sueldo medio ronda los 770 euros, muy cerca del Salario Mínimo Interprofesional, las trabajadoras han solicitado un incremento lineal de 50 €, ello es, una media de poco más de ochocientos euros, con las correspondientes variaciones de acuerdo al puesto. En la negociación los sindicatos han aceptado rebajar a un aumento del 2’8% , llegando a hablarse del 2’5%, cambio que por ser porcentual perjudicaba especialmente a los trabajadores de menor sueldo; además solicitaban un día más de vacaciones y otro de libre disposición. Sin embargo, la patronal se ha cerrado en banda, ofreciendo una subida lineal de nada más 11 euros al mes, algo que ha sido considerado por los trabajadores como una tomadura de pelo.
El problema viene de lejos, en 2015 se congelaronlos  sueldos y entre 2016 y 2017 subieron poco más del 2%, es decir que en los últimos cuatro años, periodo en el que la vida ha subido un 11%, su salarios han crecido nada más un 2%, con la consiguiente pérdida de capacidad alquisitiva.

Se trata de un sector laboral profundamente feminizado -8 de cada diez trabajadores son mujeres y los varones se concentran, en su mayoría, en los puestos directivos- algo que, tradicionalmente, se identifica con un sector de baja conflictividad al que no un se le toma muy en serio las exigencias. De hecho, esta es su primera movilización y promete ser masiva.

La huelga podría no llegar a celebrarse si el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos consigue hacer que las negociaciones alcanzan buen puerto antes de las fechas señaladas.

Nuria Prendes

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