Del Traje del País

  • 2 octubre, 2018

Del Blog El Xanu ‘l Caborniu

 Lluis de Turiellos

Los atuendos tradicionales representan lo que se considera la última manera de vestir diferenciada de una comunidad antes del proceso que ha llevado a la igualación en la vestimenta que se da hoy en día en las sociedades occidentales. Su ocaso comienza a partir de la primer mitad del siglo XIX y apenas ha alcanzado las primeras décadas del XX

Esta ropa, heredada de otras eras funciona habitualmente como un identificador cultural visual. Como puede suceder al oir hablar a alguien, o ante la presencia de elementos identificativos como las banderas, la manera de vestise nos muestra el sitio de donde el portador de trax es. En nuestro caso, como un rasgo identificativu de asturianidad.

La utilización actual de estos trajes es diferente según los países. Hay sitios donde se ha dado una folklorización -en la peor acepción del término- y una falsificación de los atuendos tradicionales a la vez que ha quedado su utilización para lo meramente fiestero y alejado de lo solemne. En otros casos no, y la utilización de estos trajes, o elementos de ellos, ha alcanzado los actos de más ringorrango y solemnidad. Un ejemplo de ello lo tenemos en Europa en el caso escocés, donde hasta en las celebraciones de más alto nivel social y estatal lucen el conocidísimo kilt.

En nuestro caso, el atuendo el país ha sufrido una desvirtuación y banalización importantes en tiempos pasados que todavía no se han extinguido completamente en la actualidad. Pero, en las últimas décadas, se ha dado en este ámbito una importante labor de recuperación y dignificación tratando de acercar la vestimenta a cómo era realmente en el pasado. De otro lado, ha comenzado a usarse fuera de lo meramente folklorico, alcanzando cierto grado de solemnidad. Así se usa a veces para algunos actos institucionales o sociales, además de otros de tipo ritual que nunca han llegado a olvidarse completamente.

Esa utilización más de etiqueta o solemne del traje del país refuerza su valor como identificador visual de pertenencia a la comunidad cultural asturiana, lo aleja del folkloricismo simplemente festivo y lo acerca a las utilizaciones que de su atuendos tradicionales hacen en otros lugares. Recuperar la autenticidad y utilizar en actos sociales de prestigio es un camino apropiado para la pervivencia de la manera peculiar de vestir heredada de los antiguos. Tampoco es inventar nada. Tenemos retratos antiguos de gente posando con el atuendo el país para la posteridad, porque lo consideraban suyo y serio para ello, y en tiempos donde la utilización de esta manera de vestir iba quedando relegada por el uniformismo que se esparcía por todas partes, por lo que su utilización se acercaba al ámbito de lo ritual y de la identificación identitaria asturiana. Así que normalizar ese empleo en las celebraciones o actos donde se quiera asistir vestidos con él es una labor perfectamente viable y merecedora de apoyo y respeto.

Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

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