Haciendo un análisis detallado de los datos registrados en la última Encuesta de Población Activa (EPA) -aquella que llama tanto la atención este trimestre por práctica unanimidad en el sentido positivo, en cuanto a creación y calidad de empleo, de los datos- y tras haber valorado ya el primer impacto negativorelativo a la diferencia entre el avance en número de ocupados en el último año en Asturies y en España, es quizás el momento de analizar ¿Qué está pasando en Asturies?

Comencemos revisando de nuevo este gráfico: recoge un panorama excepcionalmente optimista, llamando la atención lo que ocurre con la última barra.

La que apunta en dirección contraria al resto es Asturies. Los únicos que han destruido empleo en los últimos doce meses, en concreto 6.700 ocupados menos en un año. Retrotrayéndonos un poco más nos encontramos un dato aún más espeluznante: Hoy trabajan en Asturies 65.000 personas menos (un 14%) que en 2008. Y sigue bajando.

Es quizás el momento de pararse a analizar ¿Qué está pasando en Asturies?

En las últimas décadas son miles los jóvenes asturianos que han tenido que emigrar por la falta de oportunidades laborales, decenas de miles anualmente en una continua sangría poblacional que se lleva, principalmente, a los más preparados. Nos consta que no se quieren ir, pero quedarse en Asturies en la actual coyuntura requiere en muchos casos un auténtico acto de fe y ser muy consciente del valor que cada asturiano que resiste en su tierra tiene para el país.

No se van por que quieran, se van ante la falta de oportunidades laborales. Y no es una queja sin sentido. Los datos de la EPA la confirman.

Es importante tener en cuenta que no se trata de una tendencia que haya nacido con la crisis. Asturies mantiene un diferencial de 8-10 puntos en cuanto a tasa de actividad respecto al estado español desde hace décadas.

Centrándonos en los datos de empleo, Asturies está a la cola del empleo entre su población adulta, teniendo por detrás solo a Andalucía y Extremadura donde, pese a su alto nivel de paro, se está experimentando una progresión positiva.

En lo que se refiere a la tasa de actividad de los mayores de 16 años, vemos que Asturies es donde menor porcentaje de la población adulta tiene un empleo o lo está buscando.

Ocho puntos menos que la media estatal y casi 4,5 puntos menos que la vecina Cantabria, en teoría con un reparto poblacional y económico similar.

No podemos olvidar que estamos hablando de una nación históricamente próspera y dinámica, con recursos suficientes y que no hace tanto era una de las más prósperas y dinámicas del estado, con un tejido empresarial pujante, competitivo y diversificado.

Aun actualmente Asturies destaca por contar con una población cuya formación está por encima de la media, con un elevado porcentaje de titulados universitarios y de técnicos de nivel medio-alto, recursos, buenas infraestructuras -pese a su decadencia-  y varios centros urbanos bien diferenciados entre sí, es decir, el conjunto de características que habitualmente definirían una zona próspera con buenas expectativas de futuro.

Merece la pena preguntarse qué ha pasado en las últimas décadas, si hay en ello alguna intencionalidad externa y como podemos hacer los asturianos para salir de este bucle.

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