Quemar bosques, envenenar animales, verter aguas fecales o industriales en los ríos, esparcir contaminación en el aire o talar árboles centenarios para que los turistas suban más cómodos a la montaña son algunas de las cuestiones por las que en Asturies se pagan sanciones cómicas
¿Cuanto vale un oso? ¿a cuanto sale la hectarea de bosque? ¿cual es el precio de cien truchas? ¿En cuanto valoramos el deshaucio de la fauna? un par de ejemplos ilustran lo barato que puede salir destrozar el país.
Ocho meses de cárcel, multas que van de los 1.920 a los 3.600 euros o indemnizaciones ridículas son las consecuencias que tienen los responsables de los incendios de bosques, unos incendios que, además de las incalculables pérdidas a nivel de flora y fauna, conllevan unas pérdidas económicas que en la última racha –entre el 2 y el 19 de octubre- subieron a 52 millones de euros. Eso en los escasísimos casos en los que se llega a juicio, puesto que en la gran mayoría de los incendios no se los buscan culpables o no hay pruebes concluyentes para inculpar a los sospechosos: a los tribunales acostumbran a llegar nada más los culpables por imprudencia.
Por otro lado, un hombre acaba de ser multado en Peñamellera Alta como responsable de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente por colocar veneno para matar animales salvajes de manera indiscriminada. La multa asciende a 3.600 euros. Se calcula que lleva más de dos años utilizando este método, sin que sea posible calcular el número de animales perjudicados.
Dos ejemplos nada más para representar el poco valor que se da a Asturies en sí misma y del poco respeto que merecen sus habitantes a las administraciones.
Redaición InfoAsturies
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