SGAE vs. Comisiones de Festejos: la música como mercancia

  • 12 junio, 2017

La alternativa para las comisiones de festejos, axfisiadas por el canon de la SGAE, está en la música tradicional, en las listas Creative Commons o en la contratación de músicos con repertorio propio

Pertenecer a una comisión de festejos consiste, básicamente, en trabajar mucho para, en  el mejor de los casos, no perder dinero. Se trata de una labor desinteresada que ayuda a mantener la cohesión de la comunidad, ya sea de un barrio, un pueblo o una parroquia. En los últimos tiempos, estas asociaciones se están viendo asfixiadas por distintos gastos ajenos a las actividades que llevan a cabo, especialmente el canon que la SGAE exige por la difusión de contenidos artísticos, que los organizadores consideran absolutamente abusivo y que está condenando a muerte a muchos de estos colectivos.

Puesto que no hay beneficio económico y si difusión cultural, podría parecer que el cobro de derechos aquí está injustificado. No lo considera así la SGAE ni la legislatura española a la que estamos sometidos. Así pues, a los numerosos gastos logísticos que conlleva una fiesta popular hay que añadirle uno un tanto virtual: la tasa por el uso del repertorio de la SGAE, lo que plantea directamente una pregunta de difícil respuesta: ¿cuál es exactamente el repertorio SGAE?.

Ellos mismos reconocen como poco fiable su propia base de datos y ha sido en varias ocasiones denunciado el cobro de derechos de autor por obras libres de derechos… es frecuente el cobro por obras de autores fallecidos hace más de 75 años (límite que estipula la ley para que el derecho pueda ser ejecutado) o por obras con licencia Creative Common. Han llegado a sugerir que las comisiones de festejos deberían pedirles permiso a ellos para celebrar sus fiestas, trámite que es competencia de los ayuntamientos.

En Asturies son ya numerosas las fiestas que se han celebrado por última vez  ante la incapacidad de hacer frente a las deudas –de hasta 12.000 €- que mantienen con la SGAE, con lo que se está poniendo en peligro una de las señas identitarias de nuestros veranos: las fiestas de prau. Los más perjudicados, como no, los pueblos pequeños, con lo que esta presión es una más ante los problemas a los que se enfrenta el mundo rural asturiano.

¿Hay alguna opción para esquivar a la SGAE?

Si. Ellos prefieren que no sea algo demasiado conocido, pero además de la música del repertorio tradicional asturiano –que está libre de derechos y es, por tanto, una opción más que interesante para animar fiestas de práu– , existen decenas de miles de artistas que han decido librarse del CopyRight. En plataformas como http://www.jamendo.com se puede encontrar un repertorio licenciado en Creative Common, gestionado de forma muy distinta, a precios más competitivos o incluso gratuito y reconocido jurídicamente.

 

 Quién no ha oído alguna vez hablar de la SGAE?

La entidad de gestión de derechos de autor por antonomasia, SGAE, gestora de los derechos de miles de creadores, es más conocida en nuestro país –y fuera de él- por sus abusos y excesos que por el cumplimiento de su deber.

La voracidad recaudatoria de estos supuestos “defensores” de la cultura les lleva a exigir derechos por cuestiones de lo más variopintas: los asturianos hemos pagado derechos de autor por cosas como la documentación pública de nuestros ayuntamientos, de nuestros juzgados, de nuestras comunidades… Las empresas han pagado por sus datos administrativos, por sus listados de clientes…en definitiva, por una ingente cantidad de documentos que, bajo ningún concepto, generan estos derechos. Y todo ese dinero a repercutido en una organización privada “sin ánimo de lucro”; SGAE, implicada en innumerables casos de abusocorrupción y malversación de fondos y multada en varias ocasiones por la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC)

Para hacerse una idea de todo lo que cobran, basta con echar una mirada por alto a las más de doscientas páginas que componen su listado de precios, que enumera con una precisión abrumadora cualquier situación en la que se pueda escuchar música, desde el bingo o la bolera a la llamada espera de una centralita telefónica.

 

Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

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