La represión vuelve a la plaza del Llavaderu

  • 18 mayo, 2017

Multan con 400 euros a la Banda de Gaitas «Villa de Xixón» por tocar en una espicha

La decimonovena espicha de aniversario de El Lavaderu, en la plaza de Arturo Arias, en el barrio de Cimavilla terminó con una intervención policial, que recuerda a la invasión del lugar hace cuatro años con motivo de las protestas contra la entonces recientemente aprobada Ordenanza de Convivencia Cívica.

Solamente dos horas y media antes de su inicio, la Policía Local comunicó al propietario de El Lavaderu, Roberto Campomanes, que el permiso era denegado por el Ayuntamiento aunque «no había ninguna denuncia vecinal». Con toda la comida y la sidra comprada,  consideró oportuno realizar la fiesta de una manera más discreta, pero la Policía Local volvería una vez más.

En ese momento estaba tocando la Banda de Gaitas «Villa de Xixón». Llevaban tocando unos cuatro minutos. No mucho más tarde, además de ser suspendida la fiesta, en la cual iba a actuar el grupo «El Ventolín», cuatro personas, entre ellas el director y el presidente de la banda de gaitas, serían sancionadas con multas por tocar sin permiso, aplicando así las normas de la cuestionada Ordenanza de Convivencia Cívica.

Casualmente resulta que la Banda de Gaitas «Villa de Xixón» ya tenía un conflicto abierto con el actual equipo de gobierno municipal por su falta de compromiso con el conocido festival internacional de gaitas que se celebra todos los años en verano, por lo que tenía convocada una concentración de protesta para ayer por la tarde en la plaza del Ayuntamiento, acto que pudo realizarse sin nuevos incidentes policiales ni sanciones municipales.

Uno de los multados, José Luis García, el director de la agrupación musical, declaró que recurrirán las multas. «¿Qué debemos hacer entonces con las más de cincuenta actuaciones que tenemos al cabo del año en la ciudad en iglesias y en espacios al aire libre? ¿Dónde van a poner el límite a partir de ahora?». También explicó que ninguno de los 25 componentes de la banda estaba informado de que el hostelero organizador de la espicha en Cimavilla carecía de la autorización municipal necesaria para realizar la espicha. Además rechaza que la Policía Local actuase a instancia de los vecinos como sostiene el concejal de Seguridad Ciudadana, Esteban Aparicio, que en las redes sociales presumió orgulloso de la actuación policial proclamando que «la ley es igual para todos».

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