Tratando de ser positivo, Adrián Barbón, presidente de Asturies, sabe lo que el pueblo asturiano quiere y lo que Asturies necesita: Soberanía.  Eso se desprende sin dificultad de sus tuits, en los que insiste en que «Asturies es dueña de su destino». Algo con lo que no puedo estar más de acuerdo si no fuera porque  -como-le contestan en uno de los muchos tuits de respuesta que recibió- que él y los suyos no quieren que lo sea…

Siendo realista, Barbón no es, como también-le hacen notar varias personas a través de les redes sociales, más que un títere sociollistu que preside una institución, el «Principado», impuesta desde Madrid, obedeciendo los dictados de un partido español que lleva más de 40 años decidiendo lo que se hace en Asturies. Si por algo destaca Adrián -aparte de su excelencia nel noble arte del postureo y la fotografía- es precisamente por su servilismo y sumisión a los dictados centralistas.

La cuestión es que es muy listillo y sabe bien que soberanía es exactamente lo que quieren, lo que necesitan y lo que demandan los asturianos, decidir su futuro, y como buen creador de espejismos que es, recoge esa exigencia de Soberanía y la manipula a su gusto sin dar un paso adelante, repitiendo la misma maniobra que con la Oficialidad.

Y es que no hay nada que guste tanto al presidente como las palabras grandilocuentes y los gestos para la galería, que acaban siempre con la coletilla-directamente expresada o implícita- del «no tenemos competencias» con la que se disculpa de su férrea obediencia e inmovilismo.

Vale, campeón, si no tienes competencias, si Asturies no tiene competencias, consíguelas. Si sabes que lo que hace falta es Soberanía, rechaza el Estatuto que se nos impuso sin poder votarlo, levántate contra el poder centralista -siguiendo los pasos de aquel otro presidente del PSOE, también de la Cuenca del Nalón pero tan distinto- y consigue  que Asturies, que el pueblo asturiano, sea soberano y decida de verdad.

Y sino… calla la boca.