Las normas discriminatorias del Descenso Internacional del Sella les impidieron, a ella y a Busto, competir en la sección principal dentro de la categoría de K-2 de embarcación mixta. Dicha sección está vetada a las mujeres, a la que se les impide participar en la contrarreloj clasificatoria previa que asigna los 20 primeros puestos de salida, lo que las relega a salir siempre en los peores puestos, sin posibilidad de optar a victoria. De hecho, tanto las embarcaciones femeninas como las mixtas deben comenzar el descenso del Sella a partir de la posición número 600.

La participación en la categoría masculina de embarcaciones mixtas está expresamente permitida en la normativa de Federación de Piragüismo y de hecho Beatriz ostenta varios títulos internacionales obtenidos en esta categoría; además, tanto la Federación como el Consejo Superior de deportes suscribieron en el 2009 un Manifiesto por la igualdad y la participación de la mujer en el deporte. Aún así, ninguno de los organismos reconocieron el derecho a competir en igualdad de condiciones que Manchón reclama, por lo que decidió acudir directamente al Tribunal Supremo, donde si ha sido admitido a trámite el recurso presentado por los demandantes. En caso de que este también emita una sentencia desfavorable, recurrirá al Tribunal Constitucional e incluso está dispuesta a llegar al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), si fuera necesario.