Desde el Comité de Empresa reclaman que todas las palabras de aliento y apoyo recibidas desde las administraciones locales, nacionales, estatales y europeas se conviertan en hechos claros y que detengan «esta burla que se está haciendo desde Vesuvius a toda la sociedad asturiana, con los trabajadores como principales víctimas»

El plantón de la empresa a la reunión en la que se iban buscar soluciones alternativas al despido colectivo, ha acabado con la paciencia de los trabajadoras, que han decidido, pente otras medidas reivindicativas, encerrarse en la Catedral de Uvieu hasta que se les ofrezca una solución al conflicto.

«Asturies no puede consentir tener que hacer reindustrialización de la reindustrialización por los caprichos e intereses de una multinacional» ha declarado el presidente del comité de empresa, Juan Manuel Suárez Baragaño, haciendo alusión a las continuas «reconversiones» que Asturies viene padeciendo y que han tenido siempre como consecuencia la pérdida de empleos sin contrapartida real.

Ayer a las siete y media una multitudinaria concentración acompañó a los encerrados desde el exterior de la Catedral para mostrarles nuevamente su apoyo. El pueblo asturiano se vuelca en este conflicto, como ya hiciera antes con Arcelor, conscientes de que lo que está en juego no es solo el medio de vida de un ciento de familias, sino la pervivencia misma de la industria asturiana y del tejido socioeconómico asturiano en general.

Hace 22 años tuvo en la misma Catedral otro encierro de trabajadores, en este caso de los despididos de Duro Felguera, que permanecieron allí 318 días, entre diciembre del 96 y noviembre del 97, compaginando el encierro con barricadas y movilizaciones en la calle y recuperando finalmente su puesto de trabajo.

Llucía F. Marqués

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