Denuncian que, a pesar de su evidente peligrosidad, la planta de tratamiento de mineral de Orovalle en Balmonte continúa utilizando -y vertiendo- compuestos cianurados y otros elementos altamente tóxicos y acumulativos como el arsénico, cadmio, cromo, cobre, manganeso, mercurio, níquel, plomo y zinc
Con motivo de la información pública de la Revisión de la Autorización Ambiental Integrada de la planta, que se encuentra en la localidad de Boinás, han alentado la utilización de productos menos tóxicos para la extracción del oro, solicitando que se incluya en la revisión como condición exigida para la renovación.
La importante huella tóxica del cianuro, así como el alto riesgo de que se produzcan accidentes de gravedad ,hacen insuficientes las medidas propuestas por la empresa, relativas al tratamiento de las aguas destinadas a su vertido.
Belmonte ha tenido reiteradas sanciones por vertidos no autorizados al río Cauxa afluente del río Narcea en numerosas ocasiones. Por lo que, considerando el historial infractor de la explotación, los ecologistas piden que se condicione la revisión a la instalación de una estación de análisis y registro de todos los parámetros físico-químicos oportunos analizables in situ, precintado para evitar su manipulación, en cada tubería usada para realizar los vertidos.
También han mostrado su preocupación por la estabilidad e impermeabilización de las varias balsas de lodos cianurados que hay en la zona, ya que, aunque el cianuro libre se descompone cuando está expuesto a la luz del sol, su empleo para la extracción de oro forma compuestos cianurados tóxicos como cianatos, tiocianatos y complejos cianometálicos que persisten décadas (con estimaciones de tiempo de toxicidad media de 75 años), dando lugar a toneladas de lodos contaminados con una vida muy larga de toxicidad, algo que contradice al informe de revisión, donde se recoge unicamente la existencia de «lodos descontaminados».
Finalmente, recuerdan que «el peligro no son solo los compuestos cianurados, sino igualmente las elevadas cantidades de arsénico, cadmio, cromo, cobre, manganeso, mercurio, níquel, plomo y zinc que se vierten, todos ellos altamente tóxicos y acumulativos».
Redaición InfoAsturies
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