Asturies está envuelta en una saga cutre de serie B, en la que los políticos representan una y otra vuelta la pantomima de defenderla para lluego dejarla caer apoteósicamente entre estruendo de violines y promesas de un nuevo episodio
Como en una ruleta en la que los partidos españoles se jugaran quien finge estar a favor o a quien le toca ser el tocagüevos -una ruleta rusa en la que Asturies siempre pierde- esta vuelta ha tocado a FORO ser «los malos» de esta película de tintes tragicómicos con cierta tendencia al drama. Antes -durante décadas, por cierto- le toco al PSOE ser el malo oficial, protagonizando la represión con maestría y defendiendo un Estatuto que los asturianos no pudimos decidir, pero Barbón se ha plantado y quiso ser el chico de la peli, así que se ha asegurado todo lo necesario para que la película fuera un éxito de taquilla: un inicio prometedor, un nudo largo salpicado de suspense aquí y allá, una colisión violenta al final y un desenlace intenso, más o menos inesperado, que deja abierta la puerta a una segunda parte gloriosa.
Apenas hemos salido del cine cuando ya nos lanzan el trailer de la siguiente «Reforma el Estatuto y Oficialidad II»,no se olvide de votar para seguir viendo. Sabemos que segundas partes nunca han sido buenas, pero en estos tiempos de series infinitas igual hay quien opine que la trama cambiará si la seguimos viendo unos capítulos más.
Spoiler: no. Los partidos españoles -y españolistas- es lo que tienen, que son españoles, y no lucharán por Asturies.
Llucía F. Marqués
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