La plantilla de los dos equipos de fútbol han posado antes del partido con una pancarta pidiendo la vuelta al país de la mocedad emigrada “Queremos que nuestra gente en la diáspora sepa que no un en los olvidamos de ellos y de ellas y que les sentimos muy cerca. Al mismo tiempo, reclamamos un futuro en nuestra tierra para poder vivir con dignidad”
«Mocedad emigrada: os sentimos cerca. Queremos futuro en Asturies”, ese era el texto de la pancarta que los jugadores del Rosal F.C y Stiaua d’Asturies han sacado al campo antes de enfrentarse en el partido.
Con ello querían rendir homenaje a los camaradas, familiares y compañeros que emigran en busca de una vida mejor en sitios como Madrid, Barcelona o Londres y al mismo tiempo reivindican el derecho a seguir viviendo en Asturies, a no un tener que se ver forzados, ellos también, a ser unos más entre los casi 15.000 asturianos que anualmente marchan del país.
Un 45% de paro entre la juventud empuja a buscar trabajo donde sea, y los jugadores de los equipos de fútbol no son excepción: son muchos los compañeros que marchan de clubs como los estos a mitad de temporada porque les llegan oportunidades laborales desde fuera del país; oportunidades y futuro que no tienen aquí, en Asturies.
Los dos equipos destacan por su compromiso con Asturies, que muestran no solo resistiendo en el país, sino comprometiéndose con nuestra cultura, usando nuestra lengua e involucrándose en cuestiones sociales como esta. Las dificultades económicas no son ajenas a los clubs asturianos, donde en muchos casos el entusiasmo es mayor que las posibilidades financieras y los patrocinios escasean, algo que tendría que llevar a muchos a cuestionarse lealtades forasteras.
Llucía Fernández Marqués
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